Por: Alaina S. Davis, Ph.D., CCC-SLP, CBIST
Introducción
Actualmente, hay un estimado de 3.2 a 5.3 millones de personas viviendo con discapacidad debido a lesión cerebral traumática (Traumatic Brain Injury (TBI) por sus siglas en inglés) (Centro para el Control de Enfermedades, 2014; Coelho et al. 2024). Las TBI son sufridas por personas de todas las edades, razas y niveles de ingresos. Según el Centro para el Control de Enfermedades (CDC; 2014), los grupos con mayor riesgo de lesión son niños menores de 4 años, adolescentes entre 15-19 años y adultos mayores de 75 años. Las causas típicamente incluyen caídas, accidentes de vehículos motorizados, asaltos y eventos relacionados con deportes. La TBI es una preocupación de salud pública que contribuye significativamente a la discapacidad y la muerte (CDC, 2014).
Neuropatofisiología de la TBI
La TBI es el resultado de una lesión en el cerebro debido a fuerzas externas y puede ocurrir como lesiones de cabeza abiertas o cerradas (Ginsburg & Huff, 2023). Las lesiones abiertas o penetrantes ocurren cuando el cráneo es penetrado y el tejido cerebral es dañado. Esto puede ocurrir por impactos de baja velocidad, como golpes en la cabeza, heridas de arma blanca o ser aplastado. Las lesiones de alta velocidad pueden incluir balas de un arma o metralla (fragmentos de una explosión). Las lesiones de cabeza abiertas son típicamente diagnosticadas como lesiones moderadas a severas. Las lesiones de cabeza cerradas son TBI leves o conmociones cerebrales y ocurren cuando el cerebro es impactado debido a un movimiento brusco o cuando la cabeza hace contacto con una persona u objeto mientras el cráneo permanece intacto. Es importante notar que aunque el diagnóstico médico puede ser leve, los síntomas pueden variar de leves a severos.
Las conmociones cerebrales leves son el resultado de una aceleración-desaceleración, cuando el cerebro se mueve rápidamente dentro del cráneo y luego se detiene repentinamente, causando que golpee el interior del cráneo, lo que lleva a daños (Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, s.f.). Cuando el cerebro se mueve rápidamente dentro del cráneo o es sacudido, puede ocurrir una lesión axonal difusa (DAI), causando desgarro y cizallamiento de los axones neuronales en el cerebro y/o tronco encefálico (McDonaugh et al., 2025).
Una conmoción cerebral inicial o única generalmente no causa daño cerebral permanente; sin embargo, lesiones repetidas pueden causar déficits neurológicos acumulativos y son una preocupación significativa debido al síndrome del segundo impacto (SIS). El SIS ocurre cuando alguien experimenta una lesión en la cabeza posterior antes de que el cerebro haya sanado de la lesión inicial o previa, lo que puede resultar en síntomas persistentes de conmoción cerebral o incluso la muerte (Spittler & Kolar, 2020). Adicionalmente, daños repetitivos pueden conllevar a síntomas mas severos e incluso duraderos.
Actualmente, hay discusiones en la comunidad deportiva sobre el riesgo de desarrollar encefalopatía traumática crónica (CTE) (Cifu et al., 2016). La CTE es un trastorno neurológico progresivo que se desarrolla por lesiones repetidas en la cabeza a lo largo del tiempo, con características de demencia, incluyendo disminución de la memoria, disfunción ejecutiva y cambios significativos en el estado de ánimo y comportamiento (Asken et al., 2025). Hasta el momento, la CTE solo puede ser diagnosticada post mortem (Locución latina que significa “después de la muerte”)
Función Normal del Cerebro
Para comprender los efectos de la lesión cerebral, primero se debe entender la función normal del cerebro. El sistema nervioso se divide en dos sistemas: el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico (SNP) (Johns Hopkins Medicine, 2025) (Te interesaría leer: Como evaluar los pares craneales?).
El SNC está compuesto por el cerebro y la médula espinal. El área cortical del cerebro es la corteza cerebral, que incluye los lóbulos del cerebro: frontal, temporal, parietal y occipital.
- El lóbulo frontal es responsable de las funciones ejecutivas, la personalidad, algunos recuerdos y las habilidades motoras.
- El lóbulo temporal tiene funciones en la comprensión auditiva y el almacenamiento de la mayoría de los recuerdos.
- Las funciones sensoriales y las habilidades visoespaciales se procesan en el lóbulo parietal.
- La visión se procesa en el lóbulo occipital.
- Las estructuras subcorticales, incluyendo el tronco encefálico, el tálamo, el hipotálamo, los ganglios basales y el cerebelo, también desempeñan roles importantes en las acciones voluntarias e involuntarias del habla, la voz y la deglución.
Adicionalmente, el sistema nervioso periférico (SNP) incluye los nervios craneales y espinales los cuales son responsables de las funciones del habla, la voz y el lenguaje (Johns Hopkins Medicine, n.d.).
Cualquier área del sistema nervioso puede verse afectada por la TBI, dependiendo de dónde ocurra el daño y si es focal (en un área específica) o difuso (disperso en el cerebro).
Severidad y Síntomas de la TBI
La severidad de la TBI se determina por la puntuación en la Escala de Coma de Glasgow (Te interesaría leer: Herramientas de Tamízaje), la duración de la pérdida de conciencia y la duración de la amnesia postraumática, si está presente. Los niveles de severidad pueden variar de leves, moderados o severos. Alrededor del 20% de las lesiones son moderadas o severas, en las que pueden presentarse dificultades marcadas en las áreas de comunicación cognitiva, habla y/o deglución. La TBI leve o conmoción cerebral representa el 80% de las lesiones cerebrales (Tamimi et al., 2025).
Experimentar una TBI de cualquier tipo puede llevar a alteraciones en la función cerebral normal, incluyendo:
- Disminución o pérdida de la conciencia.
- Pérdida de memoria, típicamente para eventos antes o después de la lesión.
- Déficits neurológicos como debilidad muscular, pérdida del equilibrio y coordinación, alteraciones en la visión, cambios en el habla y lenguaje o pérdida sensorial.
- Cualquier alteración en el estado mental en el momento de la lesión, como confusión y cambios cognitivos (Coelho et al., 2024).
Alrededor del 85% de las concusiones/TBI leves se resuelven entre 2-4 semanas y hay un 15% de las personas que experimentan síntomas físicos, psicosociales, y cognitivo-comunicativos persistentes (Davis, 2023; Sergeyenko et al., 2024). Los síntomas mas comunes relacionados a los TBI/concusiones leves incluyen pero no están limitadas a:
- Físicos: Dolor de cabeza, mareos, nauseas, problemas de equilibrio, dificultades para conciliar el sueno, sensibilidad a la luz y a los ruidos, vision borrosa.
- Psicosocial: Impulsividad, agresividad, irritabilidad, cambios de personalidad, depresión.
- Cognitivo-Comunicativos: Atención/concentración, memoria, funciones ejecutivas, comunicación social.
Síntomas Cognitivo-Comunicativos
Para los patólogos del habla y lenguaje, todas las áreas de la comunicación y la deglución pueden verse afectadas por una TBI. Sin embargo, un área principal de evaluación y tratamiento abordará los trastornos cognitivo-comunicativos con consideración de los síntomas físicos y psicosociales superpuestos. En consecuencia, los síntomas físicos y psicosociales suelen detectarse temprano, mientras que los síntomas cognitivo-comunicativos no se reconocen con la misma facilidad y pueden no manifestarse inmediatamente después de un TCE leve/concusión.
Los déficits suelen ser sutiles y generalmente se presentan cuando las demandas cognitivas aumentan, particularmente con habilidades cognitivas superiores como la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas (Davis, 2023).
Atención es una habilidad cognitiva fundamental y apoya todas las otras funciones cognitivo-comunicativas mediante el procesamiento de información auditiva/visual y tiempo de reacción cognitiva. El procesamiento de información involucra almacenamiento pasivo en la memoria a corto plazo, la cual luego es procesada activamente a través de la memoria de trabajo para ser codificada y almacenada en la memoria a largo plazo (Baddeley, 1986). Las personas con déficits en la memoria de trabajo presentan dificultades en la manipulación de información para su recuerdo posterior e impactan la capacidad de recordar instrucciones o información esencial.
Las funciones ejecutivas consisten en habilidades necesarias para la resolución de problemas exitosa, organización, planificación, iniciación, secuenciación, monitoreo de comportamientos dirigidos a objetivos, y razonamiento (Hunt et al., 2013). Las personas con funciones ejecutivas deterioradas exhiben dificultad en la organización de ideas y pensamientos, presentan falta de seguimiento en tareas, dificultad para proporcionar justificaciones, y demuestran una capacidad disminuida para automonitorearse o autorregular sus acciones. Las habilidades de memoria intactas y las funciones ejecutivas son dependientes entre sí durante los procesos cognitivos para el nuevo aprendizaje y la resolución de problemas.
La comunicación social abarca todas las habilidades cognitivo-comunicativas y apoya el discurso social y las interacciones. Esto puede incluir la resolución de problemas sociales y las habilidades necesarias para interacciones interpersonales significativas. Las personas con dificultades en la comunicación social exhiben problemas para expresar y comprender el lenguaje abstracto, humor, sarcasmo, lenguaje corporal, tono, etc. Estos desafíos pueden afectar significativamente la capacidad de una persona para mantener relaciones, empleos, y crear restricciones de participación.
Conclusión
La TBI es el resultado de fuerzas externas que causan daño al cerebro e impacta la comunicación cognitiva, el habla y la deglución. La experiencia repetida de TBI leve/conmoción cerebral puede llevar a síntomas más significativos y de mayor duración, lo que resulta en desafíos en la comunicación funcional y en la ejecución de tareas/actividades diarias.
Referencias
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- Tamimi, A., Tamimi, I., Barbarawi, M., Karim Qudah, A., & Tamimi, F. (2025). Brain concussion: Recent advances, outcomes, and challenges. IntechOpen. https://doi.org/10.5772/intechopen.1005615.