Por: Dr Néstor Cardozo Machuca – Otorrinolaringólogo

Los trastornos de la deglución, o disfagia, representan un desafío significativo en la práctica clínica, afectando la calidad de vida de los pacientes y aumentando el riesgo de complicaciones graves como la desnutrición, la deshidratación y la neumonía por aspiración. Abordar la disfagia requiere un enfoque multidisciplinario, en el que la colaboración entre otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos desempeña un papel crucial. La relación entre estos dos especialistas debe ir más allá de sólo ser el otorrinolaringólogo quien realiza la FEES y el fonoaudiólogo quien, en cierta forma, ayuda a guiar dicho procedimiento (Leder & Espinosa, 2002; Aviv, 1997).

Diagnóstico Integral y Preciso

El diagnóstico de los trastornos de la deglución es complejo, ya que involucra múltiples estructuras anatómicas y funciones que interactúan de manera coordinada. El otorrinolaringólogo, con su especialización en las estructuras de la cabeza y el cuello, es fundamental para evaluar la integridad anatómica de la faringe, laringe y esófago superior. Utiliza herramientas diagnósticas avanzadas como la nasofibrolaringoscopia y la videofluoroscopia (en conjunto con radiólogos y fonoaudiólogos especializados) (Te interesaría leer: Comparación entre FEES y Videofluoroscopia de la Deglución (VFSS), que permiten una visualización directa y en tiempo real de las fases de la deglución (Langmore, 2001).

Por otro lado, el fonoaudiólogo aporta su experiencia en la evaluación funcional de la deglución. A través de pruebas clínicas, como la evaluación de la deglución con videofluoroscopia modificada, y otras técnicas como la evaluación clínica de la deglución (Te interesaría leer: ¿QUÉ NOS DICE LA EVIDENCIA DE ESPECIFICIDAD DE LA EVALUACIÓN CLÍNICA DE DEGLUCIÓN (CSE)?), el fonoaudiólogo identifica disfunciones específicas en las fases oral, faríngea y esofágica de la deglución (Logemann, 1998). La combinación de estas evaluaciones médicas y funcionales es esencial para un diagnóstico preciso, lo que evita la implementación de tratamientos ineficaces o incluso perjudiciales (Groher & Crary, 2010).

Planificación y Ejecución de un Tratamiento Personalizado

Una vez establecido un diagnóstico integral, el siguiente paso es la planificación de un tratamiento individualizado que aborde tanto los aspectos estructurales como funcionales de la disfagia. El otorrinolaringólogo puede intervenir mediante tratamientos médicos o quirúrgicos, como la inyección de toxina botulínica en casos de espasmo cricofaríngeo, la dilatación esofágica o la cirugía reconstructiva en casos de tumores de cabeza y cuello, que son fundamentales para corregir las causas subyacentes de la disfagia (Aviv, 1997).

Simultáneamente, el fonoaudiólogo trabaja en la rehabilitación de la deglución, aplicando técnicas de reeducación funcional que incluyen ejercicios para mejorar la fuerza y coordinación muscular, así como estrategias compensatorias para facilitar una deglución más segura y eficaz. Herramientas como la electroestimulación, el taping y la láserterapia también se incluyen en las posibilidades de tratamiento (Steele et al., 2007). Este enfoque terapéutico integral es crucial para restaurar la función de deglución y mejorar la calidad de vida del paciente (Logemann, 1998).

Mejora en los Resultados del Paciente

La colaboración entre el otorrinolaringólogo y el fonoaudiólogo no solo optimiza el diagnóstico y el tratamiento, sino que también mejora significativamente los resultados clínicos. Estudios han demostrado que un enfoque multidisciplinario en el manejo de la disfagia reduce las tasas de complicaciones como la aspiración y mejora los indicadores nutricionales en pacientes con disfagia (Groher & Crary, 2010). Además, la rehabilitación continua y el seguimiento regular, facilitados por una comunicación constante entre ambos profesionales, son clave para mantener y mejorar los avances logrados en el tratamiento. El otorrinolaringólogo ayuda además en el seguimiento del tratamiento, proporcionando material para que el fonoaudiólogo pueda realizar el biofeedback con el paciente (Ludlow, 2004).

Comunicación y Seguimiento Continuo

El éxito en el manejo de los trastornos de la deglución depende en gran medida de la comunicación fluida entre el otorrinolaringólogo y el fonoaudiólogo. La disfagia es un trastorno dinámico que puede evolucionar con el tiempo, y su manejo requiere ajustes constantes en el plan de tratamiento. La retroalimentación regular entre estos profesionales permite un monitoreo cercano del progreso del paciente y la adaptación del tratamiento según sea necesario (Logemann, 1998). Este enfoque no sólo destaca la importancia de la colaboración entre estas dos disciplinas, sino que también proporciona una guía clara sobre cómo trabajar juntos para mejorar los resultados del tratamiento en pacientes con problemas de deglución. Así como también el trabajo con otros profesionales en el área (fisioterapeutas, nutricionistas, odontólogos, neurólogos, psicólogos/psiquiatras, enfermeros) (Leder & Espinosa, 2002).

La experiencia y formación de un otorrinolaringólogo son esenciales para llevar a cabo evaluaciones endoscópicas de la deglución de manera efectiva y segura; puesto que estas evaluaciones van más allá de simples evaluaciones anatómicas. Además, el uso de escalas validadas garantiza una evaluación estandarizada y confiable, crucial para un manejo adecuado de los trastornos de la deglución y la comunicación de los hallazgos, lo que podría traducirse en una mejor coordinación del equipo (Langmore, 2001). La apertura de los profesionales al trabajo multidisciplinario corresponde a un paso importante hacia el tratamiento más óptimo para el paciente, el respeto hacia otros especialistas y el buen relacionamiento del equipo multidisciplinar, entendiendo que no debe existir una competencia sino una colaboración en pos del resultado (Aviv, 1997).

Conclusión

En conclusión, el trabajo conjunto entre otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos es fundamental para el manejo efectivo de los trastornos de la deglución. Esta colaboración asegura un diagnóstico preciso, un tratamiento personalizado y un seguimiento continuo, lo que se traduce en una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes con disfagia (Groher & Crary, 2010). En un entorno clínico donde la atención especializada es cada vez más necesaria, la integración de estas disciplinas ofrece un enfoque verdaderamente centrado en el paciente, maximizando los beneficios terapéuticos y minimizando los riesgos asociados a la disfagia (Ludlow, 2004).

Comentario:

La importancia que tiene la estrecha colaboración del Otorrinolaringólogo y el fonoaudiologo en el abordaje de las patologías de la deglución, es un tema tratado desde hace años, cuya importancia aún no es considerada por algunos especialistas, pero que cada vez más según las evidencias científicas y las experiencias clínicas, son cada vez más consideradas en el tratamiento de la disfagia como una entidad.

Referencias

Disclaimer: Los contenidos publicados en este blog son responsabilidad exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente las opiniones de Disfagia Master. Este sitio web no se hace responsable de la exactitud, integridad, o idoneidad de la información presentada, ni de las decisiones clínicas que los lectores puedan tomar basándose en esta información. Se recomienda a los profesionales de la salud que consideren siempre las condiciones únicas de cada paciente y utilicen su criterio clínico al aplicar cualquier información obtenida de este blog.

Comentarios